La noche de sábado y madrugada de domingo albergaron la segunda jornada del “Corso más grande de la Patagonia”. Una verdadera multitud vivió el paso de las murgas, comparsas y los shows de Miguel Mateos y Damián Córdoba.
Otra vez, el clima le hizo un guiño al evento, y la segunda noche del Corso zapalino se vivió a pleno desde el primer minuto. Las murgas y comparsas locales e invitadas, volvieron a apoderarse de la Av. San Martín demostrando todo lo trabajado durante el año.
Mientras tanto, el patio gastronómico, el espacio dedicado a artesanos y emprendedores, como así también aquel que fue montado por el Municipio en el Paseo de las Esculturas, lució a pleno.
Conforme la noche avanzaba, la ansiedad se apoderó de los presentes. Miguel Mateos y su banda se encargaron de hacer méritos suficientes para recibir los aplausos y gritos de los miles de seguidores que disfrutaron y corearon cada canción.
Sus clásicos fueron el detonante para que fieles de todas las edades saltaran al ritmo de “Tirá para arriba”, “Obsesión” y “Perdiendo el control”, entre otros.
Luego del rock nacional de la década del 80, llegaría el turno del clásico cuarteto de la mano de Damián Córdoba. El catamarqueño hizo delirar al público que se dedicó a cantar y bailar al ritmo de cada una de sus canciones.
Ambos artistas recibieron de mano del Intendente Carlos Koopmann, un cuadro gigante con el escudo de Zapala como recuerdo.
Es válido mencionar, que tanto Mateos como Córdoba animaron al público de forma constante y recibieron ese “feedback” durante toda la noche.
Alrededor de las cuatro de la madrugada los vecinos de Zapala y otras localidades comenzaron a despoblar la Av. San Martín, con la idea de descansar y empezar a planear su tercera noche del Corso 2023.
*Subsecretaría de Prensa Municipalidad de Zapala