viernes, noviembre 22, 2024

Primera producción de piezas de cerámica de estudiantes de secundaria rural

Se trata del CPEM 98 de Aguada San Roque. Una treintena de alumnos de 1º a 5º año fabrican sus propios productos como mates, platos y cuencos. Desde la institución apuestan al proyecto como una salida laboral a futuro.
Los estudiantes secundarios del CPEM Nº 98 de Aguada San Roque están próximos a finalizar su primera producción de piezas de cerámica, que se elaboraron en el taller Huella de Barro del que participan alumnos de todos los años del establecimiento.
“Los jueves son muy esperados por ellos, desde que ingresamos al aula a las 9 comienzan a pedir el espacio de taller”, señaló la docente Evelin Vargas, a cargo del proyecto.
Se trata de una actividad en la que están involucradas las áreas de lenguajes y producción cultural y de ciencias sociales de la escuela situada en Contexto de Ruralidad (ESeSiR), que es pluriaño, de 1º a 5º y con ciclo orientado en Economía Social y Práctica en Emprendimientos. Los alumnos provienen de Aguada San Roque y del paraje Los Chihuidos.
“Ahora estaríamos en condiciones de hacer el esmaltado de las piezas para nuevamente hornearlas y así quedarían finalizadas completamente con este último paso”, indicó Vargas respecto del estado actual de la primera producción, que contiene de 30 a 35 piezas que crearon los alumnos.


Entre las creaciones se contabilizan platos hondos, cuencos de diversas formas, mates, un sopero con manija y tazas. La docente contó que a los estudiantes se les enseñó la técnica del pellizco para que, manipulando el material, “ellos sientan qué es lo que les salía en el momento como primera experiencia”.
Además, destacó que cuando les dijo que ellos mismos podían hacer sus productos, hornearlos y usarlos en sus casas “sus ojitos brillaron, era una ilusión en sus caras con la que uno se retroalimenta todo el tiempo”.


La docente aseguró que el objetivo que persigue la propuesta educativa es acercarle a los alumnos una herramienta que les brinde habilidades a futuro para el desarrollo de un emprendimiento propio, teniendo en cuenta la orientación de la escuela.La arcilla, que es la materia prima con la que los alumnos trabajan en el taller, se encuentra en el sector donde está ubicada la escuela y por ello de manera permanente se dedican a hacer distintas pruebas para su utilización.
El taller tiene una duración aproximada de una hora, todos los jueves. “Allí realizamos el modelado de la pieza, les explicamos cuáles son las técnicas básicas de construcción, el proceso de emprolijado y demás. Es un proceso largo que les enseña a los alumnos a conocer los estados que atraviesa la materia prima, porque a medida que se va secando, la pieza de cerámica tiene diferentes terminaciones”, detalló Vargas.
Las herramientas con las que trabajan también son fabricadas por ellos a partir de materiales reciclados, “para que les quede bien fácil y práctico y así sigan trabajando con el material”.
El proceso continúa con el traslado de las piezas al municipio de Centenario, donde los docentes hacen uso del horno de cerámica del que dispone la municipalidad para el dictado de talleres. Allí hornean las piezas -paso que se denomina bizcochado-, regresan a la escuela para trabajar sobre detalles y vuelven a Centenario para la última horneada, donde se funde el esmalte de la pieza.

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