Actualmente comprende más de 60 Huertas Protegidas, familias integradas en diversas unidades productivas, ocho plantas de elaboración y procesamiento de productos y una gran red de huertas en varias ciudades.

Por más de dos décadas, el Programa de Desarrollo Agroalimentario (Proda) viene desarrollando en todo el mapa provincial diferentes líneas de trabajo vinculadas a la agroecología, la agricultura urbana, la alimentación saludable y el desarrollo agroalimentario local.

“El 1 de octubre de 2002 el Proda nació para revincular a la gente con el mundo del trabajo y la tarea de producir alimentos”, sostuvo su actual director, el ingeniero agrónomo Aldo González.

El programa comenzó a delinearse durante la crisis económica, política y social del 2001 y en el 2002 en un contexto de construcción de políticas públicas, nació como una iniciativa provincial de apoyo y promoción a los emprendimientos familiares y comunitarios en materia de producción agroalimentaria, encaminada al fortalecimiento de las pequeñas economías locales.

Actualmente el Proda -dependiente de la subsecretaría de Producción del gobierno neuquino- comprende más de 60 Huertas Protegidas en toda la Provincia, miles de familias integradas en diversas unidades didácticas productivas, cuenta con ocho Plantas Comunitarias de Elaboración y Procesamiento de Agroalimentos, promueve la Red Colaborativa Agroalimentaria en toda la provincia; una Red de Huertas Protegidas y Terapéuticas; y suma 26 Huertas Urbanas en diversos barrios de Neuquén y localidades vecinas.

Las actividades productivas desarrolladas a diario por el programa incluyen propuestas de cultivos urbanos en espacios reducidos, huertas domiciliarias, estímulo a la producción de zapallos, huertas protegidas y terapéuticas, compostaje en pequeña y gran escala, lombricultura, agricultura biointensiva, agroecología, biodinámica, cultivo de hongos comestibles, elaboración de conservas, dulces reducidos en azúcar y saborizadores sin sal, deshidratados, cultivo bajo cubierta, sistemas de invernaderos en batería, producción de plantines de estación, producción de semillas, entre otras acciones y líneas de trabajo.

González sostuvo que “en estos 22 años de existencia institucional el programa ha sabido afianzarse como una política que se genera desde el Estado para promover la inclusión social a partir del trabajo productivo, lo cual es sumamente valorado y demandado por la inmensa población de agricultores urbanos que día a día participan del programa”.

Desde entonces, el programa ha desplegado sus capacidades, productivas, logísticas y técnicas ofreciendo a las familias neuquinas la posibilidad de trabajar la tierra y producir alimentos, a través de una dinámica red de huertas protegidas y terapéuticas, salas de elaboración y procesamiento agroalimentario, y de diferentes unidades productivas asociativas y comunitarias.

Constituyendo su punto fuerte el desarrollo de espacios productivos en las áreas urbanas, el programa ha promovido la actividad en los barrios neuquinos, transformando zonas baldías en espacios de producción de alimentos, modificando positivamente el paisaje urbano.

Si bien la mayoría de la población beneficiada se inscribe en la producción familiar orientada al autoconsumo, también promueve la formación de emprendedores, el beneficio terapéutico en las huertas de salud, y la vinculación entre familias productoras y familias consumidoras abrazando un paradigma de economía social solidaria basado en la salud integral de las personas y del ambiente