viernes, septiembre 20, 2024

“El mejor regalo que me dio la vida”

*Escribe Olga Sotelo, Zapala 25/06/2022.
El día 20 de junio de 2022 fue un día extraño, despido a una GRAN MUJER.
Nacida y criada en el Barrio Don Bosco, ahijada de Esmery Idizarri, quien le enseño de buenos modales y la incentivo en la lectura, construyendo así desde pequeña el don de la palabra y la escucha. De esa manera, se fue abriendo caminos para ser una mujer de valores claros, humilde y luchadora, defendiéndolos con pasión y garra como su esencia mapuche-tehuelche.
Ya en su temprana juventud y para ayudar a su madre viuda y hermanos con su espíritu y voluntad la llevaron a conocer a Don Manuel Vega, de profesión periodista, quien le ofreció trabajo en su imprenta. Con su curiosidad y afán de aprender, allí entre tinta y tinta, se reunían muchos personajes de relevancia que proyectaban el Zapala del futuro, donde tomaba apuntes y luego se los daba a Don Vega. Esas reuniones le permitieron empezar a formarse para ser una gran militante…
Su origen partidario era el Partido Peronista, pero con la Revolución Libertadora del `55, este prohibió el peronismo y asimismo la acción política de los peronistas. La alternativa fue la de crear partidos provinciales y neoperonistas. En 1961, Felipe Sapag crea el partido Movimiento Popular Neuquino, y ella siendo muy joven adhirió y acompañó e hizo sus primeras campañas políticas. En el 1962, Sapag fue elegido Gobernador, al que después llamaría su líder político: Don Felipe Sapag.


En esos años, trasladaron la Dirección Provincial de Vialidad a Zapala, y fue incorporada como agente en Estudios y Proyectos. Allí se convertiría en una militante del MPN muy activa junto a otros compañeros viales. Crearon, la proveeduría de alimentos para los agentes, fue integrante de la Asociación Mutual de Agentes Viales (AMAV), donde lograron realizar hasta viviendas. También, incentivo la creación de la Guardería para niños en Central.
Desde su amado Barrio Don Bosco, trabajo junto a otros para conseguir a sus vecinos el servicio de gas, cloacas, agua y asfalto, en donde siempre que hubiera una necesidad, estaba y decía “tal vez lo pueda conseguir vio que los que mandan son los de arriba”. Así, obteniendo las ayudas necesarias y el acompañamiento, creo la Guardería el Cangurito y fue gestora de la Escuela Primaria Nº 156, el Centro de Salud Janssen, la Iglesia entre otros.
En su barrio desde sus inicios, fue la hincha Nº1, allí ayudo en la Asociación Club Barrio Don Bosco, para la creación de la cancha, el salón multifunciones, la confitería y por supuesto para la organización de los bailes y festejar los triunfos de su querido Barrio.
Participo de las dos huelgas de los obreros del Chocón, ya que tenía familiares que estaban allí cuando se construía la hidroeléctrica. Allí conoció al Obispo Jaime de Nevares, donde se nutrió de largas charlas de alguien que defendía a los más necesitados.
Admiraba y adoraba a Eva Duarte, decía que “la mujer era la fuerza bruta, pero había que disimularlo para lograr propósitos”. En la elección del 1973, Don Amado Sapag le ofreció ser la primera mujer concejal de Zapala por el MPN. Ganó las elecciones junto a su populoso Barrio Don Bosco. Asumió en 1973, algunos de sus proyectos, fue la puesta del busto de mármol de Eva y la Avenida Eva Duarte. El busto fue puesto en la calle Olascoaga y la avenida vendría después.
Las cosas no estaban bien en la Argentina, eran tiempos difíciles y llegó el Golpe del `76. Fue destituida, perseguida y maltratada por ser funcionaria pública. Se encargó de resguardar documentación de las memorias de la Democracia y vio con tristeza como el busto de su Eva fue atado a una camioneta y arrastrado por la Avenida San Martín como trofeo de un pensamiento distinto. Sintió angustia que nunca entendió, y decía los desamparados la seguiremos recordando y llorando.


Deambulo por toda la ciudad con dos niñas pequeñas, y fue un generoso vecino del barrio, Don Rodolfo Irizar, quien la acobijo en la sodería y además la ayudo a establecerse finalmente en su casa de la calle Coliqueo.
Allí ya en su hogar, les dio resguardo maternal a aquellos jóvenes soldados que venían a la ciudad a cumplir funciones para ser entrenados y enviados al Conflicto de Malvinas (clase 1962 del Batallón Logístico de Montaña Nº 6. Año 1981/1982).
En la vuelta a la Democracia, siguió y siguió con su espíritu militante, recorría casas y vecinos de todos los barrios para conseguir el voto para su amado partido MPN, también trabajo para las comisiones vecinales, por el Hospital, para la Cooperativa de Energía Eléctrica y Servicios Públicos de Zapala, y para la Convención de la reforma de la Constitución Nacional, Provincial y por la Carta Orgánica de Zapala.
En el 2001, al ver los movimientos de la clase trabajadora se sumó con vehemencia a las puebladas contemporáneas, donde se sentía muy orgullosa al ver que los jóvenes salían a luchar por sus derechos al trabajo digno.


Posteriormente, con una vivaz lucidez y continua benevolencia, entre sus últimas acciones fueron en el Centro de Jubilados y Pensionados Avellaneda, donde promocionaba los derechos de los adultos mayores, con participación muy activa a nivel local, provincial y nacional.
Si hasta acá, usted no se dio cuenta quien era, es porque Ella era única e irrepetible. Ella siempre te trataba con respeto, con una forma suave que evidenciaba su abrazo con el corazón. Era la que te tocaba la cabeza y decía todo va estar bien. Era esa que sacaba de su cartera una cinta y te curaba el empacho, el hígado o simplemente te preparaba con todo su amor un tecito de yuyos. También, era la que te invitaba a tomar la caña con ruda todos los 7 de agosto en Coliqueo 51.
Ella, era una mujer que decía “Les agradezco infinitamente por tanto cariño, es el mejor regalo que me dio la Vida. Los quiero a todos. Gracias, gracias, gracias…
Ella era AURORA SOTELO.

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