domingo, noviembre 24, 2024

Lucila Crexell: “el plan del Gobierno es trasladar una vez más el peso de la crisis al sector privado”

La Senadora Crexell adjudicó las crisis recurrentes a que “el Estado gasta mucho y mal”, y como consecuencia de ello, es incapaz de generar condiciones para el desarrollo del sector privado.
La Senadora Lucila Crexell (Movimiento Neuquino) aseguró, al momento de fundar su posición sobre el acuerdo para refinanciar la deuda con el FMI, que “el Estado le pide esfuerzos a la sociedad que el propio Estado no está dispuesto a hacer, y por lo tanto, una vez más, el sector privado será el que le ponga el hombro a la crisis”. Atribuyó las causas de las crisis recurrentes a que “tenemos un Estado que gasta mucho y mal”.
Aseguró que “tenemos una economía que perdió la capacidad de generar valor, y un Estado que, en lugar de generar las condiciones para la acumulación, resulta un lastre cada vez más pesado para el sector privado”.
A modo de ejemplo, señaló que “el gasto público social pasó de 20% del PBI en 2003, al 32% del PBI en 2020. Sin embargo tenemos un 41% de pobreza”.
Y agregó otra consecuencia de esas políticas, que afecta la provincia de Neuquén y al suministro de energía para el país: “no hay mejor ejemplo que Vaca Muerta: Tenemos la segunda reserva mundial de gas no convencional y ya van dos gobiernos que no han logrado incentivar la inversión privada para construir un gasoducto que permita llevar la producción de gas de Neuquén hacia los puertos. Ni hablar de plantas de licuefacción, que en el contexto actual-, nos abrirían grandes oportunidades comerciales. Es decir que, ni siquiera un negocio redondo como un gasoducto de Vaca Muerta a los puertos, atrae capitales privados; y termina siendo el Estado quien lo financia mediante mecanismos ineficientes. Esto significa que no podemos exportar. Más grave aún: importaremos gas a un precio que superará largamente el costo total del gasoducto”.
Advirtió que el Gobierno Nacional, lejos de promover a “las actividades productivas que generan empleo genuino y divisas”, pareciera ir en el sentido contrario. Por eso, afirmó: “la política económica que acordó con el FMI compromete determinados resultados fiscales, mientras -simultáneamente- incrementa el gasto en términos reales. No hay dudas de que se trata de un programa basado en el aumento de la presión tributaria sobre los sectores productivos”.
Por último, antes de expresar que se abstendría, manifestó: “no estoy dispuesta a poner mi voto en un acuerdo que muy probablemente abrirá las puertas a más carga sobre los que pagan y hacen sacrificios”, y aseguró que “el problema argentino es mucho más profundo que una inadecuada conducta de endeudamiento: es un problema político, institucional y de matriz productiva”.

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