El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Parque Nacional Lanín (PNL) se unieron en una investigación para interpretar las características de adaptabilidad de las araucarias, así como sus procesos reproductivos. Así, los científicos descubrieron que estos árboles logran adaptarse a las condiciones climáticas adversas a través de una producción de semillas superior a los promedios anuales durante los contextos de sequías prolongadas.Esta cualidad del pehuén se vuelve especialmente valiosa en estos tiempos, con más de 14 años de sequía en la provincia y un riesgo de incendio forestal que las acecha de un modo cada vez más evidente. Frente a los violentos embates de la sequía y el fuego, las araucarias se reproducen todavía más para seguir vigentes.
El informe explica que aproximadamente en dos de cada diez años, las plantas generan una “semillazón”; es decir, una producción de semillas superior al promedio que se intercalan con períodos de menos producción. ” Al producirse, los depredadores presentes no alcanzan a consumir tal cantidad de semillas disponibles, por lo cual muchas de éstas logran sobrevivir a la depredación, germinar, y convertirse en plantas adultas”, señala el estudio.El estudio de los ciclos reproductivos del pewen o araucaria fue llevado a cabo por los científicos Ignacio Mundo, investigador del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCuyo); Thomas Kitzberger, investigador del Consejo en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCo); y Javier Sanguinetti de la Administración de Parques Nacionales (APN) en el Parque Nacional Lanín.
El proceso de investigaciónDurante años, los investigadores vienen intentado reconstruir estos eventos de semillazón a partir de anillos anuales de crecimiento de especies leñosas, ya que este fenómeno involucra un gasto energético extraordinario que se puede traducir en una reducción en el crecimiento radial de la planta.Sin embargo, la dificultad que presenta este método de medición es que no puede aislar otros factores que reducen el crecimiento, por lo que un anillo angosto puede representar tanto un agotamiento de recursos por la reproducción, como un menor acceso de la planta a recursos, por ejemplo, por una sequía o ambos.Con esta técnica, los investigadores obtuvieron información de los procesos reproductivos de las araucarias durante siete siglos, lo que forma el registro más extenso en la temática. Así, pudieron relacionarlo con los eventos climáticos de cada contexto y vincular ambas variables. Su estudio tiene tal importancia que ilustró la portada de la prestigiosa revista Nature Plants.”Esto refleja la importancia de nuestro estudio, el cual está en sintonía con el creciente interés de la comunidad científica por estudiar cómo el clima es un agente de suma importancia que afecta el ciclo reproductivo de las plantas”, sostuvo Kitzberger.Según el CONICET, “esta investigación posibilita la apertura de nuevos interrogantes acerca del comportamiento reproductivo que tendrán estas especies en el contexto de las ya perceptibles y crecientes alteraciones directas o indirectas de los seres humanos sobre el clima global, información clave para planificar la conservación de largo plazo de los ecosistemas boscosos en escenarios cambiantes”.La información aportada por este nuevo estudio cobra especial relevancia en estos tiempos, cuando se desató una serie de incendios forestales que afectó de manera crítica a grandes superficies de bosques nativos e implantados en la provincia de Neuquén y cuando se atraviesa una prolongada sequía que incrementa el riesgo de incendio y así, de la supervivencia de estas plantas emblemáticas.
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