Estafa a la ilusión:
El pasado viernes 20 de septiembre partimos rumbo a Buenos Aires con una única ilusión: ver el superclásico en la Bombonera.
La empresa Boca Shop nos había vendido un paquete cuya opción incluía la entrada a la cancha, así como el viaje de ida y vuelta en micro. Fueron varias horas de viaje y un largo trayecto el que debimos transitar para llegar al barrio de La Boca, alrededor de las 7 de la mañana del sábado 21 de septiembre.
Contando con unas horas de espera entre nuestra llegada y el momento del partido, paseamos por la zona recorriendo y viviendo el folclore de la previa, mientras se acercaba la hora de entrar al estadio.
Todo venía muy bien hasta que la pesadilla comenzó: Llegado el momento de reunirnos con el coordinador quien nos debía entregar las entradas para ingresar a la cancha -tal como había sido acordado – no aparecía ni respondía las llamadas ni los mensajes.
Los mensajes de texto y las llamadas se multiplicaban, pero ante la falta de respuestas la incertidumbre aumentaba. Mirábamos constantemente la hora, esperando que el coordinador apareciera con las entradas que tanto deseábamos. La emoción del partido se iba desvaneciendo lentamente, reemplazada por una sensación de desasosiego.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, se hizo presente ante nosotros pareciendo entonces que la pesadilla había terminado, pero no fue así. De las 40 entradas que nos debía entregar (cantidad de pasajeros que viajamos en el mismo micro) tan sólo tenía 18. Esto empeoró la situación ya que generó un revuelo dentro del mismo grupo de hinchas que tratando de quedarse al menos con una de las 18 entradas, terminamos disputándolas entre nosotros mismos, sabiendo que el resto se quedaría afuera. Y es que cada grito, cada cántico de la hinchada que ya estaba dentro, nos recordaba por qué habíamos hecho todo este esfuerzo, el superclásico nos esperaba.
Así fue que la estafa se concretaba, pese a que solo un grupo se quedó con las entradas (18 de los 40) cuando intentaron el ingreso en los molinetes del estadio, los rebotaron por tratarse de entradas truchas.
No era una pesadilla, fue la traición de una persona y una empresa (BOCA SHOP) la que convirtió un sueño en una cruel realidad. Ver el superclásico se convirtió en angustia y desolación. Todos los que viajamos juntos en ese colectivo, quedamos sin entrar a la cancha.
Un golpe bajo, una estafa a la ilusión de hinchas que querían estar presentes en uno de los partidos más importante del país. Para muchos la primera vez de estar en la cancha y poder ver el partido. Eran padres con sus hijos, eran hermanos y eran amigos.
Indignación y bronca entre los hinchas que viajamos juntos ante la falta de responsabilidad de esta persona que a pesar de todo lo ocurrido no pidió disculpas y peor aún, se desentendió totalmente de su responsabilidad como coordinador.
Es la estafa a la ilusión. La esperanza de ver a tu equipo en acción, en un estadio lleno de energía, es un sueño que muchos anhelan. Sin embargo, esta ilusión a menudo se ve empañada por la realidad económica, donde los altos precios de las entradas y los gastos de viaje se convierten en barreras difíciles de superar. Y acá es donde lamentable y desafortunadamente, entran en acción personajes como este, aprovechándose de la situación.
Y aunque la decepción sigue presente, también surgió un deseo compartido de aprender de esta experiencia y trabajar juntos para que nunca más se repitan situaciones similares. La pasión por el fútbol sigue intacta, y la esperanza de vivir momentos inolvidables es lo que finalmente motiva a poner en conocimiento de todos y todas, esta situación.
¡Saludos de hincha!
Dinamarca María José DNI 32813243, Dinamarca Lautaro, Dinamarca Lucas, Bravo Zulma, Joaquín Valenzuela, Gregorio Nolberto CID, Ramiro Ángel Cid.