lunes, abril 07, 2025

Convicciones fuertes: Tte. Aviador Luis Cenobio Candelaria, en un nuevo aniversario del Cruce de los Andes en aeroplano

*Escribe, profesora Inés Lagos, docente jubilada de la Escuela N° 3 de Zapala


“Una creencia es algo sobre lo que discutirás. Una convicción es algo por lo que morirás”.
Howard Hendricks


Considero que esta frase le va muy bien a la férrea personalidad del Teniente Candelaria, él tenía madera de visionario, llevó adelante una hazaña, 106 años desde aquella tarde zapalina de otoño cuando el tibio sol presagiaba un acto de pura convicción.
Las convicciones determinaron su conducta, lo motivaron a tomar una posición y actuar de acuerdo con sus valores. A medida que creció como aviador, eventualmente debió desarrollar sus propias razones para hacer lo que hizo aquel 13 de abril. Esas razones se convirtieron en convicciones, lo llevaron a vivir una vida coherente con su formación profesional e impulsada por la fe.
El Teniente Aviador Luis Cenobio Candelaria, el 13 de abril de 1918, cumpliría el sueño de Jorge Newbery, cruzar la Cordillera de los Andes, uniendo Argentina y Chile por aire, 106 años del emblemático cruce.
Aquel, un pequeño y frágil avión, databa de los modelos utilizados en la Primera guerra Mundial, el Morane Saulnier – Modelo Parasol de 80 caballos de fuerza – esta fue la herramienta utilizada para concretar el anhelado sueño. Con el rugir del tren se traslada a Zapala la máquina del Teniente Candelaria, era el 1° de abril de 1918. Su mensaje a Soriano “si no vuelvo, búsquenme en la cordillera”, esta sencilla pero profunda oración da una acabada muestra del nivel de determinación que lo envolvía, la convicción de su accionar. Sus manos entumecidas sostuvieron con tenacidad el curso del aeroplano. Anécdotas y sorpresa fueron los condimentos de la hazaña, una hazaña que dejó claro que era un ser de mucha fe, un galardón con el que no se nace, se debe buscar y es por ello la gratificación que obtuvo el Teniente Luis Cenobio Candelaria.
Un sueño de pura convicción se concretaba, 230 km en dos horas y media, el desafío se había cumplido, nace la leyenda de un histórico vuelo.
Antes de fallecer, a los 71 años, en el mes de diciembre de 1963 en la ciudad de San Miguel de Tucumán, el Teniente Luis Candelaria expresa su deseo de descansar en el cementerio de nuestra ciudad, en una tumba blanca con una cruz hecha de mármol del mismo color y que cada 13 de abril niños de los establecimientos educativos, se acerquen a dejarle flores blancas y cantar el Himno Nacional Argentino.

ETIQUETAS: Candelaria Cruce de los Andes Zapala