El Gabinete de Hábitos Saludables, dependiente de la Secretaría de Educación, Promoción de Empleo y Producción, inició con la campaña de concientización para prevenir la deshidratación durante la temporada de calor.
La deshidratación es una de las consecuencias adversas por una ingesta inadecuada de agua y puede verse reflejada ante síntomas como mareos, dolor de cabeza, falta de apetito, debilidad, fatiga y boca seca, entre otras.
La campaña apunta a reforzar conceptos conocidos por todos pero que nunca están de más recordar. El agua es esencial para el cuerpo humano porque:
Ayuda a regular la temperatura corporal.
Mantiene la piel hidratada y elástica.
Lubrica articulaciones y órganos.
Ayuda a una buena digestión.
En condiciones normales de temperatura, el cuerpo pierde agua a través de la respiración, las heces, la sudoración y la orina.

Lo recomendado para cubrir los requerimientos diarios proviene de los alimentos y bebidas que se ingieren, además de la que se produce por el metabolismo. Una cantidad acorde de agua diaria debe rondar entre 2 y 3 litros. Es importante su consumo porque al aumentar la actividad física el sudor contribuye a la pérdida de agua corporal.
Cualquier persona puede deshidratarse, pero esta afección es especialmente peligrosa para los niños, los adultos mayores, las personas con enfermedades crónicas y quienes realizan labores o ejercicio al aire libre.
Muchas veces se puede revertir la deshidratación leve o moderada mediante la ingesta de líquidos, pero la deshidratación grave requiere de un tratamiento médico inmediato. Por eso, la idea y la premisa es no tener que llegar a estos puntos.
Se recomienda realizar una consulta al médico cuando se ha tenido diarrea durante 24 hs o más, cuando no hay retención de líquidos, cuando se presenta sangre en las heces o las mismas son de color oscuro o cuando la persona se encuentra irritable o desorientada y mucho más somnolientos o menos activos que de costumbre.
Ante cualquier duda contactarse con el Centro de Salud más cercano al domicilio.