Gustavo Zuñiga trabaja en el Cine Móvil desde hace 17 años, contabilizando miles de kilómetros recorridos y un sinfín de anécdotas. El programa del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), se implementa en la provincia a través de la subsecretaría de Cultura.
Un espectador solitario que se vistió con sus mejores galas y no se perdió la función. Familias de un paraje rural que vieron una película por primera vez. Un veterano de la Guerra de Malvinas emocionado por la proyección de “Iluminados por el Fuego”. Estas son sólo algunas de las anécdotas que a lo largo de los años atesora Gustavo Zuñiga, cinemovilero neuquino que recorre toda la provincia llevando a sus habitantes el cine argentino y local.
La propuesta, un verdadero “puente cultural”, promueve la exhibición de películas argentinas en diferentes localidades y parajes de la provincia, llegando a lugares que no cuentan con salas de cine, a comunidades de difícil acceso y espacios no tradicionales de exhibición.
Se implementa a través del INCAA desde 1998 en articulación con el gobierno provincial, actualmente mediante el ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, proyectando films que les provee el organismo y también producciones neuquinas.
La “oficina” de Gustavo y sus compañeros son escuelas, clubes, hogares para personas mayores, salones comunitarios y municipales, organizaciones no gubernamentales de parajes y localidades de la provincia. Los recursos, una camioneta con pantallas, proyectores y una computadora.
A excepción del 2020 y los años posteriores hasta el 2023, cuando se visitaron pocas localidades, realiza unos 9.000 kilómetros anuales con un promedio de visitas a 15 espacios por mes, incluyendo ciudades, pueblos y parajes.
“Lo más satisfactorio de mi trabajo es que la devolución de la gente es inmediata; termina la película, se apaga la pantalla y nos agradecen por haberles acercado el cine. Es muy común que lleguemos con mis compañeros a lugares donde hay personas mayores, muy mayores, que es la primera vez que ven cine. Ser parte de eso es muy gratificante”, explica Gustavo, que tiene 50 años y es nacido y criado en Neuquén capital.
Sus comienzos en la provincia fueron en mayo del 2001 en la entonces dirección provincial de Cultura. Si bien no provenía de áreas estatales ligadas al arte y la cultura, si tuvo una formación autodidacta en manejo de escenarios, producción artística para festivales de música y como músico autodidacta en diversas formaciones.
“Al llegar a Cultura pude poner en práctica el conocimiento adquirido y cuando surgió la vacante para integrar el equipo del Cine Móvil me incorporé”, cuenta. Desde el 2007 se sumó a este espacio como una de sus tareas y a partir del 2013 se dedica exclusivamente a difundir las películas en todo el territorio neuquino.
A lo largo de los años, las historias son tan variadas como gratificantes. “La anécdota que a mí más me marcó fue hace unos diez años en el salón comunal del paraje Colipilli. Teníamos una función pactada para las 5 de la tarde; 5 menos cuarto aparece un señor muy mayor a caballo con su mejor ropa para ver la función de cine. Pasó el tiempo, se hicieron las 5 y cuarto y no llegaban más vecinos, así que proyectamos la película para él solo”, recuerda.
Y sigue con el relato: “Nos contó que una vez había venido a la ciudad de Neuquén y lo habían llevado al Cine Español, o sea que esa era la segunda vez en su vida que iba a ver cine. Esas son las cosas que nos marcan; no importa la cantidad de gente a veces, sino la experiencia que uno tiene en cada lugar”.
A cada destino se llega con distintos tipos de producciones: desde cortometrajes para niñas y niños hasta películas clásicas del cine argentino para personas adultas. Realizan “una especie de curaduría del cine”, revisando el material que les llega, tanto del INCAA como de festivales que aportan material, para definir a qué público se lo destinan.
Gustavo considera que “el cine es una muy buena herramienta de difusión del arte audiovisual y el impacto en la población es muy positivo, porque de otra manera a lo mejor la gente no tiene acceso porque no puede pagar una entrada o se tienen que trasladar a otra localidad”.
Es por eso que se trata de llegar a los puntos más alejados, organizando circuitos. Se hace base en una localidad y durante el día se trasladan a parajes cercanos, “para poder llegar con el cine argentino a todos los lugares donde sea posible”.
Otras anécdotas:
En el 2008 llegaron con el Cine Móvil al paraje Charra Ruca, en Huinganco. En el salón vecinal se proyectó “Iluminados por el fuego”, un filme que narra las experiencias de un ex combatiente de Malvinas. “Al finalizar se nos acerca un hombre, visiblemente conmovido y nos cuenta que era veterano de la Guerra de Malvinas, que nos agradecía mucho por haber llegado con esta película al lugar donde él vivía”, recuerda.
Años más tarde, en 2014, realizaron una función en una escuela rural del norte neuquino. “Allí la directora nos cuenta la historia de un niño del turno mañana que apenas tocaba la campana, cuando finalizaba el turno escolar, salía corriendo a su casa. Un día le pregunta por qué hacía eso y él le cuenta que debía llegar a tiempo a su casa para pasarle las zapatillas a su hermano, que asistía al turno tarde. A partir de ahí, tratamos de llevar durante un tiempo en cada viaje ropa y calzado para dejar en esos lugares donde había mucha necesidad”, relata.
Más cerca en el tiempo, en septiembre pasado fueron al paraje Trailathué. La escuela del lugar invitó a participar de la función a padres y madres. Guillermo, el compañero de Gustavo, les preguntó después de la función si alguien había ido al cine y la mayoría de las personas invitadas contó que era la primera vez que asistían a una función.
El paso de los años y el avance de la tecnología también ha atravesado al Cine Móvil. Gustavo cuenta que “pasar del VHS hasta los medios virtuales-digitales actuales nos permite contar con material en menor tiempo para poder ofrecerlo al público. En su momento fue una demanda de los cinemovileros de todo el país al INCAA para poder realizar la tarea aprovechando las mejoras en cuanto al manejo del equipamiento y su menor dificultad en el traslado a todos los espacios que visitamos”.
Como el material es enviado por el organismo nacional, es necesario la autorización de quienes realizan cada película, sean cortometrajes, mediometrajes y largometrajes, por lo que en muchos casos no se cuentan con las películas más taquilleras en el cine comercial en el mismo momento de su exhibición, si no cuando sus realizadores lo aprueban.
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