sábado, febrero 22, 2025

“En las fiestas patronales de Neuquén se puede ver el milagro del compartir”

Así describió el padre Marco Espínola la experiencia de la peregrinación realizada desde Tricao Malal a través de la cordillera del Viento, hasta la capilla de Ailinco para homenajear a la Virgen de Lourdes.
Tres días de cabalgata, a través de la Cordillera del Viento, hasta llegar a la capilla de Ailinco. Esa es la “alianza” que crianceros y peregrinos mantienen y renuevan con la Virgen de Lourdes todos los febreros desde hace 26 años en la Región del Alto Neuquén.
Así lo aseguró el padre Marco Espínola, quien participó de la cabalgata junto a otros 19 jinetes, más algunos vehículos que acompañaron el recorrido. “Fuimos en total 23 personas, mientras que a la misa del 11 en Ailinco se sumaron muchas más”, indicó el párroco.
Luego de recorrer los senderos de la Cordillera del Viento para rendir homenaje a la Santa Madre en la Capilla de Ailinco se produce el milagro. “El milagro de las fiestas patronales del norte es que se ve como todos llegan con algo para compartir, y se abre un espacio a lo fraterno – en un mundo de egoísmo- ahí todos están dispuestos a compartir: la comida, el espacio, la alegría, y los momentos de silencio y oración”, sostuvo Espínola, y remarcó “en las fiestas patronales de Neuquén se ve el milagro del compartir”.


En la travesía de fe, camaradería y tradición que une generaciones, los pedidos son fundamentalmente dos: “La Virgen de Lourdes es la patrona de los enfermos, pero no solamente se trata de pedir la sanación, sino de saber llevar la enfermedad”, explicó el padre Marco y agregó “no es lo mismo un momento de enfermedad, dolor o angustia, con Dios que sin Dios. No es lo mismo atravesar esos momentos y vivirlos con fe que sin fe, y la gente valora y agradece mucho la compañía de la Virgen, es ella el mejor camino para llegar a Dios”.
El sacerdote, que arribó a la provincia en marzo de 2021 y acompañó a su antecesor el padre Diego Canale, manifestó que durante sus palabras en la misa hizo hincapié en “sanar los vínculos”.


“No solo se reza por la salud física. No solo se trata de pedir que un tratamiento o una operación salga bien, sino que se trata de sanar nuestro vínculo con los demás, con Dios, con la tierra y con nosotros mismos” y reflexionó el párroco y sostuvo “a veces miramos para adentro y vemos que hay heridas que no están cerradas, bueno, pedimos para que podamos aceptar esas heridas y empezar a sanar”.
Por otra parte, los crianceros y trashumantes piden a la Santa Madre que no falte el agua. “Con esta cabalgata cada año renuevan esa alianza con la Virgen para que no falte la lluvia. Este año también con el contexto de los incendios del sur se reforzaron las oraciones pidiendo que llueva”, señaló Espínola.
“Necesito llegar a Ailinco y renovarme”:
Daniela Olate nació en Chos Malal y en la actualidad vive en Las Ovejas. Es enfermera y devota de la Virgen de Lourdes. Hace 25 años que realiza la procesión a caballo a la capilla de Ailinco para homenajear a la Santa Madre en febrero. Pide por la salud de su comunidad, de su familia y por las lluvias para mitigar la sequía.
Ella comenzó a participar de la cabalgata luego de ser invitada por la comunidad de Tricao Malal y del Cajón del Curi Leuvú. Durante los primeros 10 años fue junto a su padre, luego en compañía de allegados, y en la actualidad su madre y su hija la esperan en Ailinco para disfrutar de la misa principal.
“Los viajes son hermosos. Preparamos la Virgen que va en la mula, preparamos el pan y la comida para el almuerzo y salimos, nos esperan con asados, chivos, se disfruta mucho todo el clima el compartir, el hacer juegos, bailar y las misas”, contó Daniela.


Durante todos estos años la mayoría de las veces, Daniela fue en oración pidiendo por la salud de muchas personas. “Dos años fui por la promesa de recuperación de un amigo que tenía un cáncer de garganta. Estos últimos tres años mi promesa fue por la salud de una beba que tenía una cardiopatía detectada durante el embarazo de su mamá. Tenía que nacer en Buenos Aires y corría muchos riesgos”, recordó y agregó “todo salió bien Nerea ya tiene tres años y continúa luchando y muy bien”.
Daniela le pide a la Virgen de Lourdes protección para su hija que vive lejos porque está estudiando, y asegura que siente el cobijo de la santa madre en su diario vivir.
“La Virgen me acompaña en mis decisiones, en mis días difíciles. Es una madre más que me escucha y protege. Está conmigo incondicionalmente, yo necesito llegar a Ailinco y renovarme”. afirma.
Su profesión de enfermera la mantiene cerca de las personas que más apoyo necesitan y es por eso que Daniela asegura “la Virgen me ayuda a acompañar a quienes sufren dolor y a quienes tienen un sufrimiento en el corazón. Siempre le pido por esas personas para que les de luz y fuerzas para recuperarse”, concluyó.

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