viernes, noviembre 22, 2024

Hepatitis

Cuando hablamos de hepatitis hacemos referencia a la inflamación del hígado, que es el órgano encargado de procesar los nutrientes, sintetizar proteínas y ejercer una función desintoxicante. Al estar inflamado o dañado su función puede verse afectada.
Esta enfermedad es producida por distintos virus, aunque también puede deberse a otras enfermedades o sustancias tóxicas como el alcohol o algunas drogas, por ejemplo. Cabe aclarar que a veces la enfermedad no presenta síntomas hasta varios años posteriores a la infección, pero para entonces el hígado puede estar severamente dañado.
Teniendo en cuenta lo anterior, desde Salud se recuerda que la única forma de detectar la enfermedad es mediante un análisis específico que requiere una extracción de sangre y se recomienda que todas las personas se realicen dicho test al menos una vez en la vida. Se trata de un estudio gratuito en los hospitales públicos y centros de salud del país.
Otra estrategia clave para prevenir la transmisión, además de hacerse el test, es la vacunación. En Argentina, en el Calendario Nacional, está incluída la vacunación de Hepatitis B, que se inicia en el recién nacido o recién nacida dentro de las primeras 12 horas de vida. Además, todas las personas (jóvenes o adultas) que no la hayan recibido deben iniciar o completar el esquema.
El mismo consta de tres dosis, sin necesidad de orden médica. Se aplica: una 1° dosis, la 2º dosis al mes de colocada la primera y la 3º dosis a los seis meses de la primera. En los niños y las niñas, a los 12 meses de vida (además está incluída la vacuna de Hepatitis A).
Conocer el diagnóstico y realizar un tratamiento oportuno pueden evitar consecuencias graves como cirrosis o cáncer de hígado. En el caso de las personas gestantes está indicado realizar el test en el control del embarazo.
¿Cuáles son las Hepatitis virales?
Los virus más frecuentes son los de Hepatitis A, B, C y E. Mientras que el virus de la Hepatitis A y E son transmitidos por alimentos y agua contaminada, falta de higiene o contacto directo con una persona infectada, los virus de la Hepatitis B y C se transmiten por la sangre, relaciones sexuales, jeringas contaminadas o durante el parto.
La Hepatitis A y B se pueden prevenir con una vacuna segura, eficaz y gratuita, incluida en el Calendario Nacional de Vacunación. Para la Hepatitis B existe tratamiento que permite controlar la enfermedad, pero no se logra la cura.
En el caso de la Hepatitis C no existe vacuna y se puede prevenir evitando el contacto con sangre (al compartir agujas o jeringas), y con el uso de preservativos en todas las relaciones sexuales dado que éstas son las principales vías de trasmisión. Actualmente, para la Hepatitis C se dispone de tratamientos muy eficaces que logran la cura en períodos muy cortos de tiempo.
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