Hoy, en virtud de la Ley Provincial 2907, conmemoramos el “Día de los Tripulantes del Crucero A.R.A. General Belgrano”. Este es un momento para reflexionar sobre la historia y la memoria de estos valientes hombres que entregaron sus vidas por la Patria.
La historia del Belgrano es fascinante y trágica. El crucero, que Argentina compró durante el primer gobierno de Perón, sobrevivió al ataque japonés de Pearl Harbor. Pero, paradójicamente, en 1955 se utilizó para derrocar al propio Perón.
En 1978, el Belgrano estuvo a punto de combatir contra Chile, pero gracias a la mediación del Papa, se evitó la guerra. Hoy, el paso Cardenal Samoré en Neuquén nos recuerda que la diplomacia siempre debe ser el camino hacia la paz.
El 2 de mayo de 1982, el submarino británico Conqueror hundió al Belgrano, revelando que Gran Bretaña conocía la ubicación exacta de la flota argentina. Esto obligó a la Armada a “guardar” sus barcos y reforzar las misiones de la aviación, agravando la situación de quienes luchaban en las Islas Malvinas.
Durante el naufragio, Martín Sgut capturó la famosa secuencia de fotos que, después de ser entregada a un superior, fue vendida clandestinamente a una agencia norteamericana. Esta acción es una afrenta a la dignidad de los héroes.
El Belgrano se hundió a 4.200 metros de profundidad en una hora, casi tanto como el Titanic (3.821 metros). Sin equipo para detectar submarinos nucleares, fue una trampa mortal para sus 1093 tripulantes. Pero gracias a la valentía de los rescatistas, 770 personas pudieron ser evacuadas del frío y profundo océano en la mayor operación de rescate naval desde la Segunda Guerra Mundial.
En la historia, siempre hay “qué hubiera pasado si”. ¿Qué hubiera pasado si Argentina hubiera hundido los barcos británicos que venían en camino desde la Isla Ascensión, antes de llegar a Malvinas, fuera de la zona de guerra? Ese es el caso del Belgrano, que fue hundido fuera de la zona de guerra establecida por la misma Gran Bretaña.
En Neuquén, la ciudad cuenta con dos héroes: Tulio Lacroix, nativo de la ciudad, y Mario E. Flores, cuya familia también reside allí. Su valentía y sacrificio nunca deben ser olvidados. Compartir su historia es mantener viva su memoria, porque los soldados sólo mueren cuando su patria los olvida.
*Mario L. Flores. Comisión de Fliares. de Caídos en Malvinas Neuquén
zapala-noticias
Diario Digital -Zapala-