Esta fecha es una oportunidad para concientizar sobre los derechos sexuales que tienen todas las personas y la importancia de que estos sean respetados, protegidos y ejercidos con plenitud.
Hoy 4 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, desde el Ministerio de Salud se recuerda que los derechos sexuales son derechos humanos básicos y fundamentales que deben ser abordados con perspectiva de género y discapacidad. Este año, además, el lema adoptado a nivel mundial al que se suma la cartera sanitaria provincial pone el acento en la importancia y la necesidad de hablar sobre el placer sexual, ya que este contribuye a la salud y el bienestar sexual de las personas.
La ministra de Salud, Andrea Peve, indicó: “Desde el ministerio de Salud en nuestro rol rector, venimos trabajando en políticas sanitarias centradas en garantizar el acceso universal a la salud sexual, no sólo desde la mirada reproductiva sino también desde una perspectiva de derechos y de género. En este sentido es importante que también se contemple al placer como una parte fundamental para la salud”.
Por su parte, Cristian Dalú, referente del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la cartera sanitaria, explicó: “La salud sexual comprende el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas. El acceso a la salud sexual debe ser apropiado para la edad de quien la recibe, científicamente correcto, con igualdad de género y un enfoque positivo de la sexualidad y el placer”.
En este sentido, es relevante señalar que el placer sexual debe ejercerse dentro del contexto de los derechos sexuales, fundamentalmente los derechos a la igualdad y la no discriminación, la autonomía, la integridad corporal, la salud y la libertad de expresión.
Según la Declaración sobre el Placer Sexual (de la Asociación Mundial para la Salud Sexual), el placer sexual es “la satisfacción y disfrute físico y/o psicológico derivado de experiencias eróticas compartidas o solitarias, incluyendo pensamientos, fantasías, sueños, emociones y sentimientos”.
De acuerdo a la misma declaración, para que el placer contribuya a la salud y el bienestar sexual son necesarios distintos factores, entre ellos, el consentimiento, la seguridad, la privacidad, la confianza y la capacidad de comunicarse y decidir sobre las relaciones sexuales.
Además, respecto de la autonomía progresiva, es importante aclarar que las personas menores de 13 años tienen derecho a recibir información clara, completa y oportuna, de manera autónoma, es decir, sin necesidad de contar con el acompañamiento y/o el consentimiento de un tercero.
Asimismo, en relación al acceso a los métodos anticonceptivos, a esa edad las personas pueden realizar una consulta en cualquier hospital o centro de salud más cercano y solicitar preservativos sin necesidad de estar acompañadas. En el caso de otros métodos anticonceptivos, es necesario que la persona preste su consentimiento con la asistencia de otra que ejerza, formal o informalmente, roles de cuidado (Resolución 65/2015).
En el caso de las personas de entre 13 y 16 años tienen derecho a decidir sobre aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física. A partir de los 16 años, la persona tiene derecho a consentir autónomamente todas las prácticas sanitarias relacionadas con la salud sexual y reproductiva.
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