Por pedido de la fiscal del caso Silvia Moreira y del asistente letrado Pablo Jávega , un policía que, utilizando su arma reglamentaria, efectuó un disparo “a quemarropa” y mató a Diego Escobar, comenzó a ser juzgado ante un tribunal colegiado.
Se trata de Nicolás Leopoldo López, un efectivo de la policía de la Provincia con aproximadamente dos años de antigüedad. Está acusado por el delito de homicidio simple (con dolo eventual), agravado por el uso de arma de fuego, en calidad de autor (artículos 79, 41bis y 45 del Código Penal).
Durante el alegato de apertura del juicio que empezó hoy, Moreira explicó que la controversia a demostrar es sí “el homicidio es con dolo eventual, como lo sostiene la fiscalía; o culposo, como sostiene la defensa”. Afirmó que el imputado conocía que la conducta que estaba desplegando “podría lesionar y poner en riesgo la vida de la víctima”. “Tuvo una desaprensión total y dejó al azar que se produjera la muerte”, agregó.
La fiscal explicó también que a lo largo del juicio se escucharán testimonios de testigos presenciales, efectivos policiales, peritos policiales y del gabinete forense, entre otros.
El abogado querellante, quien intervino en representación de la familia de la víctima, adhirió a lo expuesto por la fiscalía.
La teoría del caso que intenta acreditar el Ministerio Público Fiscal es el que el 9 de marzo, cerca de las 15:20, Nicolás Leopoldo López disparó y mató a Diego Escobar, cuando éste se encontraba en un taller en el que trabajaba junto a dos primos y a otro empleado. Cuando uno de los familiares de Escobar salía del taller para realizar unas compras se topó con López, quien portaba su arma, y sorpresivamente le apuntó en el pecho y apretó el gatillo, sin que saliera el proyectil. “Asustado, le dijo que no hiciera eso, que no era un juego. Pero haciendo caso omiso, López ingresó al taller, dónde estaba la víctima junto a su otro familiar”, señaló la fiscal, y afirmó que, en ese instante, el imputado reiteró la maniobra: apoyó el arma en el pecho de Escobar y volvió a apretar el gatillo. Esta vez, el disparo se efectuó, por lo que la víctima murió casi de inmediato.