La rica historia del Turismo Carretera se distingue no solo por los innumerables ídolos que dio al automovilismo nacional, sino también por la gran cantidad de figuras que, sin llegar a destacarse como las grandes estrellas de la categoría, tuvieron momentos de lucimiento ganando carreras o siendo animadores de aquellas verdaderas batallas de la ruta, tanto sobre pavimento, tierra o barro, según fueran el piso donde compitieran sin importar el puesto disputado.
Tal el caso de Ángel Rosel Meunier, un piloto veloz nacido un 15 de septiembre de 1925 en Rufino, y desde muy joven radicado en Venado Tuerto. Debutó en TC el 19 de abril de 1959 en una Vuelta de Santa Fe. Corrió 62 carreras y logró la victoria en dos oportunidades: una, en la rapidísima Necochea; otra en Santa Fe, completando tres segundos puestos y siete terceros como mejores actuaciones.
Cayó el 16 de enero de 1965 en la Vuelta de Carlos Paz, cuando presagiaba otra labor de primer nivel y era acompañado en el auto por Humberto Lorenzetti, otro destacado del automovilismo.
Ambos, Meunier y Lorenzetti, son parte, en la eternidad, de la gran familia nacional del Turismo Carretera.
*Fuente de Información: A.C.T.C.