La pareja se casó en el Registro Civil de San Martín y Peñaloza en Neuquén, participaron intérpretes de lengua de señas para garantizar la comunicación con Lucas, que es integrante de la comunidad sorda.
Lucas Calixto Vázquez y Florencia Noemí Palmero decidieron elegirse como compañeros de vida y unirse en matrimonio. Laura Alippi y Tamara Ávila interpretaron la ceremonia en lengua de señas para garantizar la comunicación con las y los participantes usuarios de diferentes idiomas (español- lengua de señas argentina).
La Unión Civil se realizó días atrás en la oficina de la calle San Martín y Peñaloza de Neuquén capital.
La dirección provincial de Registros Civiles, dependiente del ministerio de Gobierno y Educación, llevó adelante la unión con el acompañamiento del ministerio de Niñez, Adolescencia, Juventud y Ciudadanía, a través de la subsecretaría de Discapacidad.
La intérprete Laura Alippi y Tamara Ávila, mediadora lingüística y asesora sorda, oficiaron de nexo de comunicación entre el español y la lengua de señas, para asegurar que los mensajes sean comprendidos y aceptados por Lucas, que es integrante de la comunidad sorda. La oficial pública Nora Kresich presidió la ceremonia para los novios, enunció los cambios que genera la unión en matrimonio e hizo la icónica pregunta. Los novios intercambiaron los anillos, dijeron que sí y se fundieron en un beso para luego firmar el acta de casamiento que los unió cómo esposo y esposa.
La directora provincial de Registros Civiles, Mariana Núñez expresó: “el trabajo articulado con la subsecretaría de Discapacidad es crucial para garantizar una ceremonia con accesibilidad para las personas sordas, por eso Laura y Tamara interpretaron en lengua de señas las emocionantes palabras para unirlos en matrimonio, que por supuesto es algo que también hacemos cuando se trata de una unión en el interior de la provincia, garantizando la federalización de los trámites y el acceso a los derechos de las personas con discapacidad”.
La participación de la intérprete de lengua de señas y la mediadora lingüística se encuadra legalmente en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Asegurar la comunicación de esta lengua viso-espacial es garantizar los derechos humanos de las personas con discapacidad.