En una audiencia que comenzó el viernes pasado y concluyó ayer, la fiscal del caso Laura Pizzipaulo formuló cargos a un hombre, por abusar sexualmente de una mujer perteneciente a su entorno familiar.
Los hechos ocurrieron en dos parajes cercanos a la ciudad de Zapala y periodos de tiempo diferentes, pero en ambos casos la víctima tenía menos de 18 años. Producto de estos abusos la mujer tuvo una hija, que según la acusación fiscal, también sufrió abusos por parte del acusado.
La fiscalía le imputó los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado (primer período entre 1997 y 1999), en concurso real con abuso sexual con acceso carnal continuado (segundo período entre 2004 y 2008), todo ello agravado por el aprovechamiento de la convivencia preexistente con una menor de 18 años; que a su vez concursa realmente con el delito de abuso sexual simple continuado (entre 2018 y 2020), doblemente agravado por el vínculo y por el aprovechamiento de la convivencia preexistente con una menor de 18 años en calidad de autor (artículos 119 tercer y cuarto párrafo inciso “b” y “f”, quinto párrafo en función del cuarto párrafo inciso “b” y “f”, artículos 45 y 55 del Código Penal).
La defensora de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, quien intervino como querellante institucional en representación de la víctima menor, adhirió al planteo de la fiscalía.
En cuanto a la controversia desarrollada en la primera parte de la audiencia sobre la acusación de abuso sexual con acceso carnal continuado, la representante de la fiscalía rechazó que se den los supuestos de prescripción planteados por la defensa.
Acusación:
La teoría del caso que investiga la fiscalía es que los hechos ocurrieron de manera reiterada, en el caso de la primera víctima, en dos domicilios de parajes cercanos a la ciudad de Zapala, entre los años 1997 y 1999, cuando tenía entre 5 y 7 años. Para cometer los abusos, la persona aprovechaba las facilidades que le daba la convivencia y cuando la víctima quedaba a solas con él.
Los abusos se reiteraron luego, en un período entre los años 2004 y 2008, cuando la víctima tenía entre 12 y 16 años. Producto de los abusos, la mujer quedó embarazada y tuvo una niña que, años más tarde, también fue víctima de los abusos del mismo acusado. En este último caso, los ataques ocurrieron entre los años 2018 y 2020, cuando la víctima tenía entre 10 y 11 años, en una casa familiar ubicada en un paraje cercano a la ciudad de Zapala. Para cometer los abusos, J.G.C, aprovechaba los momentos en que la niña quedaba a solas con él.
La jueza de garantías encargada de dirigir la audiencia avaló la formulación de cargos y estableció el plazo para que la fiscalía concluya la investigación en cuatro meses.
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Diario Digital -Zapala-